Maxime Morin, un comercializador de 35 años de Quebec, comenzó a jugar con su teléfono por curiosidad. ¿De qué era capaz este dispositivo, una BlackBerry Torch con una pantalla deslizante y un teclado físico completo? ¿Cómo encajaron y funcionaron sus partes mecánicas? Había mucho que explorar dentro de este dispositivo portátil.
Y luego, por supuesto, se rompió.
No había muchos buenos tutoriales en línea sobre cómo solucionar el problema, que salió por primera vez hace más de una década. Morin compró una Antorcha que funcionaba para comparar y jugó con ambos dispositivos hasta que descubrió qué le pasaba al que estaba roto.
Entonces comenzó una obsesión. Morin comenzó a coleccionar BlackBerry: Torch, Bold, Tour, Curve, Q5, Passport y Q10, una familia completa de teléfonos inteligentes con teclado clicky. Quitaba componentes de sus dispositivos para averiguar para qué eran, aprendiendo gradualmente cómo cambiar diferentes partes para personalizarlas y actualizarlas.

El mundo pasó a teléfonos delgados de vidrio con paneles planos y la menor cantidad posible de piezas mecánicas, pero él nunca lo hizo. Los dispositivos BlackBerry se sentían infinitamente reparables para Morin, quien ha llegado a apoyar el movimiento Right to Repair, que dicta que los consumidores deben tener un control total sobre su tecnología. Empresas como Apple han bloqueado sus productos con partes y software patentados que otorgan acceso solo a proveedores autorizados. Estos viejos teléfonos BlackBerry parecían cumplir una promesa diferente.
“Me llevaron a esta política: compre si solo puede reparar”, dice Morin.
Por supuesto, nada es tan simple en el mundo de las aplicaciones, las redes sociales y los sistemas operativos. El antiguo sistema operativo BlackBerry, BB10, tiene varios años. La marca se ha licenciado a los fabricantes que la adjuntan a los dispositivos Android. No existe una BlackBerry moderna y oficial en el molde clásico.

"Creo que a algunas personas les ayuda dar un paso atrás y pensar realmente por qué 'necesitas' un teléfono inteligente".
Énfasis en oficial. Todavía hay leales a BlackBerry como Morin que valoran lo que la marca alguna vez representó, que resucitan dispositivos clásicos y disfrutan del resplandor de sus días de gloria. CrackBerry, por ejemplo, es un foro activo donde los usuarios de BlackBerry pueden descubrir qué hacen estos dispositivos de forma nativa y cómo llenar los vacíos con hacks y otras soluciones.
Jordan Reiner, un tutor de servicios de tecnología de la información de 25 años en Buffalo, Nueva York, juega principalmente con BlackBerry Classic y ha jugado con Passport y Bold. Dice que solo quería un teléfono para Google Maps, navegación por Internet, Spotify, la cámara, mensajes de texto, llamadas y correo electrónico. Él llama a cualquier otra cosa una distracción o una pérdida de tiempo.
Reiner no usa un dispositivo BlackBerry basado en Android, por lo que no hay esperanza de actualizar el sistema operativo o descargar aplicaciones. No le importa: puede usar el navegador en su Classic y establecer marcadores para los servicios que necesite. Es una experiencia que distrae menos en comparación con los teléfonos inteligentes modernos, dice.
"Creo que a algunas personas les ayuda dar un paso atrás y pensar realmente por qué 'necesitas' un teléfono inteligente", dice Reiner. "Hay una pequeña locura en la actualidad en la que las personas intentan comprar teléfonos tontos [o] teléfonos plegables para poder liberarse de la adicción al teléfono". Citó el Nokia 3310, Palm Phone y Light Phone 2 como ejemplos. El Palm Phone aún puede contener todas las distracciones, pero es demasiado pequeño para absorberse demasiado, mientras que el Light Phone solo puede llamar, enviar mensajes de texto, configurar alarmas, calcular y reproducir música y podcasts.
Reiner dice que la mayoría de los teléfonos básicos no le brindan la opción de escribir un correo electrónico sobre la marcha o descargar aplicaciones, y el teclado T9 en un teléfono plegable es difícil de usar. Su teclado BlackBerry Classic le permite escribir rápidamente un correo electrónico y tiene algunas aplicaciones en funcionamiento, aunque no es tan rápido como para volverse adicto a ellas.

Emily, una investigadora de 25 años en los Estados Unidos que pidió no usar su apellido por razones de privacidad, también juega con un Classic. Ella dice que no quiere comprar nuevos dispositivos solo para mantenerse al día con el software actualizado, y ha llegado a ver a los dos gigantes de los teléfonos inteligentes, Apple y Google, como "muy tacaños y monopolistas". Emily pudo descargar algunas aplicaciones en su Classic (Google Maps, Memrise y Skype) y cargar un tono de llamada personalizado.
"Cuando piensas en aplicaciones, crees que estarán disponibles independientemente [del sistema operativo], ¿verdad?" Emily dice. “Especialmente porque los teléfonos inteligentes estaban realmente ganando popularidad, esperábamos tener acceso a ellos y no pensamos en los proveedores que intentaban restringir cuáles podía usar según la tienda o el dispositivo que usaba ... Ya que estaba en un dispositivo que no era no sea Google o Apple, terminé teniendo un acceso muy limitado a las aplicaciones que esperaba poder usar ".
Al final del día, las personas no gravitan hacia los dispositivos BlackBerry antiguos porque quieren un teléfono que pueda hacer todo, todo lo contrario.
Florin Voicu, un hombre de 36 años en Rumania, inicialmente tomó un BlackBerry Classic para su madre porque estaba acostumbrada a un teclado QWERTY. Fue fácil encontrar uno asequible en línea ya que la plataforma ya no estaba actualizada. Cuando su madre dejó de usarlo, Voicu lo encontró útil para su trabajo diario como analista de incidentes técnicos para la aplicación móvil de un banco importante. Probaría la aplicación en el teléfono, que ejecuta una versión desactualizada de Android con una resolución de pantalla no estándar, "ayudando a bastantes personas con algunos errores que habían estado experimentando después de que los desarrollos recientes de aplicaciones los dejaron atrás".

(Blackberry OS 10 tiene una capa de compatibilidad para aplicaciones de Android, por lo que Voicu pudo hacer que ciertas aplicaciones de Android 4.3 funcionaran en el Classic, aunque tenían una "extraña relación de aspecto de pantalla cuadrada").
A Voicu también le gusta la construcción del Classic en contraste con lo que él llama el diseño de "sándwich de vidrio" de otros teléfonos inteligentes populares. Eso lo convierte en un teléfono menos frágil y permite a los consumidores entrar en las entrañas del dispositivo, un proceso arriesgado para teléfonos con todo soldado a la placa, un diseño que efectivamente evita que alguien sin las herramientas o la experiencia adecuadas repare su propio teléfono.
Ron, un israelí de 33 años que se negó a compartir su apellido por razones de privacidad, también ha aprovechado este diseño abierto y maleable para reparar sus diversos dispositivos BlackBerry. "Parece un Lego resistente", dice. "Parece ser muy fácil reemplazar las piezas defectuosas por nuevas". Abrió su Classic para arreglar la cámara ("Tuve que empujarla un poco"), abrió su Bold para soldar la tarjeta SIM que rompió por error, y planea reemplazar tanto su cubierta Priv como el teclado KEYone.
Ron dice que reemplazó muchas piezas en su vieja MacBook 2008, pero los nuevos modelos sueldan todas las piezas a la placa, lo que hace que las reparaciones en el hogar sean casi imposibles. En ese entonces, dice, el espíritu en torno a la tecnología brindaba a los consumidores mucha más libertad: si la compraba, es suya y puede modificarla como desee.
“El manifiesto de hoy es como, si tienes un presupuesto limitado, comprarás un teléfono frágil de gama media, y cuando se rompa, no podrás arreglarlo, así que comprarás uno mejor la próxima vez mientras piensas será menos frágil ”, dice Ron, pero si compras el modelo caro y se rompe, es imposible arreglarlo fácilmente con algunas piezas originales. Solo un laboratorio puede hacerlo, dice, "pero es demasiado caro".
"Cuando traté de reemplazar la pantalla del iPhone de mi hermano, fue realmente como un campamento de entrenamiento para mí", dice Ron.
Al final del día, las personas no gravitan hacia los dispositivos BlackBerry antiguos porque quieren un teléfono que pueda hacer todo, todo lo contrario. Son en gran parte minimalistas que quieren experimentar el mundo físico real con algunas ayudas de su dispositivo móvil y sin las crecientes limitaciones que las empresas monopólicas han creado para aquellos que no se suscriben a sus jardines vallados físicos y digitales. Quieren la libertad de desmontar o seleccionar sus aplicaciones, reemplazar una pieza rota y no tener que comprar un dispositivo nuevo y brillante en cada ciclo de producto.
Además, les encanta QWERTY.
"¿Qué puedo decir? Me encanta el teclado", dice Ron. "Me siento como un idiota cuando toco una pantalla de cristal".